Que el físico no las limite
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El deporte nos une, nos inspira y nos da la oportunidad de celebrar la belleza y la singularidad de cada cuerpo. Sin embargo, los problemas relacionados con la imagen corporal hacen que las niñas abandonen las actividades deportivas el doble que los niños. Cambiarlo está en nuestras manos.

Durante décadas, la sociedad ha definido la belleza en términos absolutos y, en consecuencia, expuesto a las niñas a cánones de belleza irreales. Por desgracia, el mundo del deporte no se ha librado de esta práctica. Las amistades, la familia, entrenadores y entrenadoras, y los medios de comunicación han creado la imagen que tenemos del "cuerpo atlético ideal", un objetivo inalcanzable que puede afectar negativamente a la salud mental de las niñas y a su participación en el deporte. En equipo, podemos hacer pequeños cambios para ayudarlas a sentirse más seguras con sus cuerpos al practicar el deporte que les apasione:
1. Crea espacios donde las niñas puedan sentirse seguras haciendo deporte.
Es importante que las niñas tengan espacios exclusivos para ellas, como vestuarios o cuartos de baño, donde se sientan cómodas y seguras. Deben estar bien iluminados, darles privacidad para cambiarse de ropa, contar con la supervisión de mujeres y prohibir el acceso a personas ajenas. Y, siempre que sea posible, deben disponer de productos de aseo personal e higiene íntima, como desodorante y tampones. El objetivo es ofrecer a las niñas un lugar privado, seguro y cómodo, sobre todo durante la pubertad, cuando sus cuerpos están cambiando.

2. Defiende su individualidad y promueve su representación.
Analiza los entornos donde las niñas practican deporte y busca factores que puedan menoscabar su individualidad y reforzar un canon de belleza determinado. Por ejemplo, ¿los anuncios que ven suelen estar protagonizados por el mismo tipo de atleta (delgada, alta, sin ninguna discapacidad y de piel blanca)? ¿El vestuario está lleno de frases "motivadoras" que las animan a comer menos y a entrenar más? Si es así, habla con alguien del equipo de entrenadores y entrenadoras sobre los efectos perjudiciales de estos mensajes y propón reemplazarlos por contenido más diverso que no haga referencia al físico.
3. Ofrece diferentes opciones de equipación siempre que puedas.
Los uniformes incómodos y que dejan ver demasiado el cuerpo son una fuente de distracción y preocupación para las niñas cuando hacen ejercicio. Por eso, debemos proponerles alternativas para que puedan escoger aquellas con las que se sientan mejor. Cuando les damos la oportunidad de elegir entre un pantalón corto y unos leggings o entre una camiseta de manga corta y una de tirantes, por ejemplo, las ayudamos a sentirse más cómodas. Si puedes dejarlas elegir, hazlo. Y, si formas parte de un club deportivo u organización que exige el uso de uniformes reglamentarios, piensa en cómo podrías cambiarlo. Cuestionar lo establecido desde la base puede marcar una gran diferencia, incluso desde tu posición como madre, padre, entrenador o entrenadora.
4. Presta atención al lenguaje.
Adoptar un lenguaje inclusivo y usar los pronombres preferidos de cada atleta puede tener un impacto más profundo del que crees. A veces, pequeños detalles, como evitar dirigirse al grupo en masculino, empleando términos como "chicos", pueden influir enormemente en la actitud de las niñas.

5. Desincentiva las conversaciones sobre el aspecto físico.
Crea una cultura donde se disuadan las conversaciones relacionadas con la apariencia física y las dietas. Esto se aplica tanto a críticas sobre sus propios cuerpos como a comentarios sobre los de sus compañeras o rivales, incluso los aparentemente positivos, como "Qué guapa estás. ¿Has adelgazado?". Anima a las niñas a hablar sobre lo que sus cuerpos pueden hacer y experimentar gracias al deporte en lugar del aspecto que tienen. Aplica este principio en casa, los entrenamientos y los partidos. Si das ejemplo, conseguirás que todas las personas de su entorno respeten este principio.
Recuerda que cada niña, independientemente de cómo sea su cuerpo, es una atleta en el campo, la cancha o la pista. Para ayudarlas a alcanzar sus sueños, debemos cuestionar la norma y redefinir el éxito.
A través del programa Body Confident Sport de Nike y Dove queremos ayudar a las niñas a sentirse seguras con sus cuerpos y que el deporte sea un espacio donde se sientan bienvenidas. El contenido se ha elaborado en colaboración con los centros Tucker Center for Research on Girls & Women in Sport y Centre for Appearance Research.
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