Mano a mano: Jordin Canada y Jrue Holiday

Atletas*

Los jugadores de baloncesto de Los Ángeles hablan sobre cómo viven en una burbuja experimental y sobre su adhesión a los movimientos de justicia social.

Última actualización: 16 de junio de 2021
La lucha por la justicia social de Jordin Canada y Jrue Holiday dentro de una burbuja

"Mano a mano" es una serie que muestra conversaciones espontáneas entre atletas de élite Nike.

En plena pandemia de coronavirus, en mayo de 2020, la NBA y la WNBA decidieron llevar a sus jugadores a Florida para que viviesen y jugasen al baloncesto dentro de una "burbuja", una zona aislada que permitió que los encuentros continuasen con relativa seguridad frente a la propagación descontrolada de la COVID-19. Casualmente, la mayoría de jugadores entraron en dicha burbuja durante las protestas por la justicia social y los disturbios raciales que irrumpieron con fuerza en Estados Unidos en aquel momento. El escritor y editor Massaër Ndiaye entrevistó a dos jugadores de Los Ángeles: Jrue Holiday, jugador de los Milwaukee Bucks y veterano con 11 años de carrera a sus espaldas, considerado como uno de los mejores defensas del mundo, y Jordin Canada, jugadora de las Seattle Storm y una de las nuevas promesas de la WNBA, quien acaba de ganar su segundo campeonato después de tres temporadas agotadoras. El dúo de jugadores se reunió con Massaër Ndiaye para conversar acerca de la vida surrealista que llevaron dentro de la burbuja el año pasado, sus respectivos despertares políticos y cómo su tiempo fuera de casa les ha ayudado a cristalizar sus perspectivas sobre el mundo del que forman parte.

Ambos crecisteis en Los Ángeles (California, EE. UU.). ¿Estuvisteis allí durante las recientes protestas? ¿Qué os pareció la respuesta de la ciudad?

Jrue: Me sentí muy orgulloso de mi ciudad y de la gente que lucha por aquello en lo que cree; de que haya personas que sigan luchando para acabar con las injusticias que se producen por nuestro color de piel. Yo no fui a ninguna de las protestas porque mi mujer estaba embarazada y la pandemia no había desaparecido, pero me sentí destrozado por lo sucedido. Quería salir a la calle y formar parte del movimiento. Para mí, es un honor ver a la gente defender sus ideas, manifestarse con determinación por sus creencias. La verdad es que me habría encantado unirme a las protestas.

Jordin: Yo asistí a una de las protestas en Hollywood. Lo cierto es que sucedió en el peor momento posible. En Los Ángeles, la pandemia estaba desbocada. No fue nada fácil. Quería estar segura y ser prudente, pero al mismo tiempo me enorgullecía ver cómo tanta gente salía de sus casas para mostrar su apoyo, no solo a la comunidad negra, sino también al país en general. Ahora mismo estamos en un momento crucial y para mí ha sido muy especial ser testigo de estas protestas por algo tan importante para los derechos humanos, para las vidas de las personas negras. Mucha gente salió a la calle para exigir un cambio. Me alegro de haber podido vivir mi primera protesta; fue bastante especial.

"Antes no era una persona políticamente activa ni socialmente consciente. No hablaba mucho sobre lo que estaba sucediendo. Sin embargo, después de un año como este, siento que es mi responsabilidad hacer algo al respecto. No puedo quedarme en silencio, sin hacer nada".

Jordin Canada

Este año entrasteis en la burbuja de la NBA, un espacio experimental que os permitiría jugar los partidos de forma relativamente segura en plena pandemia. ¿Cómo os enterasteis de su existencia? ¿Cuál fue vuestra primera impresión?

Jrue: Tenía muchas dudas de que fuese a funcionar. Cuando la gente predice que algo va a suceder, lo raro es que se cumpla. Sucede muy a menudo. Pero yo he podido estar en la burbuja, que ha sido una especie de confinamiento total, y lo considero todo un logro. Me sentí muy seguro allí. Nos hacían pruebas todos los días; también teníamos actividades y cosas así. Pero en su mayor parte, fue una experiencia por la que debía pasar y en la que debía confiar. A veces, es difícil cuando no tienes el control y lo dejas en manos de otras personas. Pero, desde mi experiencia, puedo afirmar que la NBA hizo un buen trabajo.

Jordin: Nos preocupaban mucho cuestiones como la seguridad, los protocolos y las directrices, y cómo iba a funcionar todo, aunque no sabíamos qué esperar.

La lucha por la justicia social de Jordin Canada y Jrue Holiday dentro de una burbuja

¿Cómo os adaptasteis a este estado de completo aislamiento del mundo exterior?

Jrue: Cuando llegamos, yo ya llevaba 11 años en la liga, podía decir que había sido libre durante 11 años. Así que, como comprenderás, estar en esa burbuja durante dos meses… Me sentía raro con tantas restricciones, pero había un objetivo final que todos queríamos lograr. No queríamos tirarlo todo por la borda, así que nos acostumbramos a aquella rutina y a la disciplina. Al principio pensé que iba a ser terrible, pero luego no fue para tanto.

Jordin: Fue algo a lo que tuvimos que acostumbrarnos. Por ejemplo, cuando íbamos al extranjero, teníamos que hacer cuarentena durante dos semanas. No podíamos salir de nuestras habitaciones ni estar con otras compañeras, excepto para practicar o hacer una reunión de equipo. Tampoco podíamos estar cerca de otros equipos. Pero a medida que las cosas fueron cambiando, todo fue a mejor. Al final, se relajaron un poquito las medidas y nos dejaron pasar el rato con los compañeros, incluso con gente de otros equipos.

La mayor parte del tiempo estábamos encerrados en nuestras habitaciones, haciendo lo que fuera para mantenernos ocupados. Como has dicho, nos han preparado para este tipo de situaciones, pero aun así fue difícil. Sentía mucha fatiga mental, porque estaba en una burbuja, sin nadie que pudiese venir a visitarme para estar conmigo un rato. Me preparó mentalmente para ser más fuerte, para no perder la concentración y recordar que mi deber es encestar. Solo podíamos jugar al baloncesto, era de lo que se trataba, aunque también me hinché a ver películas de Netflix. Eso era, básicamente, lo único que podía hacer.

¿Hubo algo especial en cuanto al nivel de competencia y la intensidad del juego dentro de la burbuja?

Jrue: El calibre del juego estaba ahí. Cada equipo sabía que estaban allí por una razón: para ganar. La diferencia es que cuando juegas en casa, el público te apoya para darte ese impulso que necesitas. Te transmiten su energía y hacen ruido para que el equipo contrario sienta el peligro. Pero ahí la cancha estaba en silencio. Recuerdo nuestro primer partido, jugamos contra los Jazz. Ganábamos de 20 puntos, el partido estaba por terminar, quedaban solo dos minutos. Era un partido de dos puntos, pero no lo parecía. Se notaba la ausencia del público, la energía no cambiaba. Me costó bastante adaptarme. Cuando juegas con público, aunque sea del equipo contrario, te da la sensación de jugar contra el mundo, pero aquí no teníamos esa sensación. La verdad es que la ausencia de la afición me descolocó un poco al principio.

Jordin: Estoy de acuerdo; se me hace muy raro jugar sin público. Está todo demasiado tranquilo. Recuerdo nuestro primer partido contra Nueva York: alguien lanzó un tiro libre, pero no se oyó ni un grito. El silencio era sepulcral. Estábamos acostumbradas a la energía del público, pero ahora esa emoción tenía que salir del propio equipo. En cada partido que jugábamos, toda la energía tenía que proceder de nosotras mismas y de nadie más. El nivel de competencia también era muy alto, porque carecíamos de todas las ventajas que tiene jugar en casa. Podías salir y jugar tranquilamente, como en un gimnasio abierto. Fue muy divertido, muy competitivo. Había equipos que ganaban de forma inesperada porque el público local no estaba. Me lo pasé muy bien.

La lucha por la justicia social de Jordin Canada y Jrue Holiday dentro de una burbuja

"Quieres hacer todo lo que esté en tus manos para asegurarte de que el futuro de las personas negras sea mucho mejor".

Jordin Canada

En el momento en que se decidió que ambas ligas jugarían en burbujas, el baloncesto se convirtió en la mayor plataforma del mundo para defender la justicia social. ¿Qué opinaban los jugadores? ¿Cómo decidisteis si os arrodillabais o no? ¿Os pusisteis de acuerdo sobre lo que llevar en las camisetas?

Jordin: Antes de decidir si íbamos a jugar esa temporada, sabíamos que lo primero era comprometernos con la campaña "Say Her Name". Sobre lo de arrodillarse o no, dependía un poco de cada equipo. Las Seattle Storm no queríamos estar en la cancha cuando sonara el himno nacional. Cada vez que sonaba, volvíamos a los vestuarios y solo salíamos para iniciar el partido. A lo largo de la temporada, hablamos sobre cómo podíamos utilizar nuestra voz para conseguir que más ciudadanos acudiesen a las urnas. También queríamos que el mundo fuese consciente de lo que estaba ocurriendo en el país mientras luchábamos por una mujer negra víctima de la brutalidad policial.

Jrue: Las conversaciones entre equipos y jugadores son importantes. Nos arrodillamos porque lo veíamos como un signo de unidad. Ambos equipos decidimos hacerlo. Queríamos sentirnos unidos en todo lo que hiciéramos. Había gente que no quiso arrodillarse, claro, pero también lo hicimos por ellos. No sentimos ira hacia ellos. Teníamos que estar unidos y, en situaciones como esta, la razón por la que regresé a la cancha fue porque la situación importaba más que el baloncesto. Pensábamos en toda la gente que vimos caer a manos de otra persona. Queríamos representarlos, que se siguiera hablando de ello. Queríamos que la gente supiera que nuestra cultura hace mucho por el mundo. Y seguiremos haciéndolo.

Jrue, tu madre [Toya Holiday, de las Arizona State Sun Devils] fue una estrella del baloncesto. Tu esposa [Lauren Holiday, de la selección de fútbol de los Estados Unidos] es un futuro miembro del salón de la fama del fútbol. ¿Ha habido algo que hayas aprendido de ellas y que aplicaras mientras estabas en la burbuja?

Jrue: Lo cierto es que me enseñaron a ser fuerte. Como has dicho, nuestras experiencias en la burbuja fueron completamente diferentes. Eso es lo que siempre he aprendido, especialmente de mi madre, que fue parte de la primera liga femenina que se arrodilló. Ella estaba entre irse al extranjero o dedicarse a ser profesora, cosa que finalmente eligió. Tuvo que tomar grandes decisiones y luchar por lo que quería. Lo mismo ocurre con mi esposa. En el fútbol, no se les paga tanto como a los hombres.

Además, mi esposa apenas sabe lo que es perder, salvo en 2011, cuando se hicieron con el segundo lugar en el campeonato del mundo. Tiene dos medallas de oro olímpicas y una medalla de oro en el campeonato del mundo de 2015. Siempre sobresale. Por eso me molesta tanto que las mujeres no obtengan el reconocimiento que merecen. No quiero que las mujeres de mi familia pasen por eso, ni mi hermana, que jugó contigo. Cuando la gente dice que en el deporte femenino hay menos talento o aptitudes, te das cuenta de que, en realidad, nunca se han puesto a verlo. Por una parte, las mujeres juegan mucho más duro que los hombres, y sus habilidades son del más alto nivel. Las mujeres se esfuerzan mucho más que la mayoría de los hombres que conozco, sin quejarse ni lloriquear, y la forma en que juegan es dura. Lo veo en mi esposa y lo aprendí de mi madre. Son muy valientes. Siempre tuvieron que luchar y demostrar de lo que son capaces.

La lucha por la justicia social de Jordin Canada y Jrue Holiday dentro de una burbuja

"Sé que protestar ayuda, pero quería ir más allá".

Jrue Holiday

¿Diríais que erais políticamente activos o socialmente conscientes antes de este año?

Jordin: "Antes no era una persona políticamente activa ni socialmente consciente. No hablaba mucho sobre lo que estaba sucediendo. Sin embargo, después de un año como este, siento que es mi responsabilidad hacer algo al respecto. No puedo quedarme en silencio, sin hacer nada".

Jrue: Ya lo he dicho unas cuantas veces, y es que uno se acostumbra a la discriminación. Cuando se lo comentas a alguien, puede que piensen que eres un quejica o que la situación no es tan grave como la pintan. Ser negro en cualquier situación puede ser aterrador. Tienes miedo a tratar con policías, a entrar en una tienda, lo que sea. Al final, terminas por construir una especie de coraza. Llegados a este punto, debo alzar la voz, porque también es mi responsabilidad. Antes no me sentía cómodo, pero ahora tengo que hacerlo, porque no lo hago solo por mí, sino por mucha más gente. Por la gente que lo hizo antes. Por mi hija de 4 años y mi hijo recién nacido. Hay muchas personas que dependen de ello.

Jrue, has donado todo el dinero ganado dentro de la burbuja de la NBA para ayudar a los fondos de justicia social destinados a apoyar el movimiento Black Lives Matter en Los Ángeles, Indianápolis y Nueva Orleans. ¿Qué motivó esa decisión?

Jrue: Honestamente, no me gustaba la idea de entrar en la burbuja. Desde el punto de vista social, nuestro mundo se estaba desmoronando, y no estaba haciendo lo suficiente. No sabía qué hacer; no sabía cómo ayudar. Sé que protestar ayuda, pero quería ir más allá. Un día estaba sentado en la cama con mi esposa, dándole vueltas, pensando en lo que podríamos hacer. Entonces ella sugirió que podíamos donar el resto de mi salario para ayudar a nuestra cultura, a nuestra comunidad. Justo cuando lo dijo, sentí cómo una bombilla se encendía en mi cabeza y cómo alguien me quitaba un gran peso de encima. La idea era perfecta porque, por mucho que hablásemos de ello, las diferencias económicas son enormes entre blancos y negros, o ricos y pobres. Dios me ha bendecido, he podido dedicarme al baloncesto durante mucho tiempo y ganar bastante dinero. Y no me lo voy a llevar al otro mundo, porque aquí hay personas que necesitan esa ayuda. Tengo capacidad financiera para ayudar. Si no hubiese surgido esa idea, creo que no habría ido a la burbuja.

¿Entonces tu decisión de ir dependía de ello?

Jrue: Sentí que tenía que haber una razón para alejarme de mi mujer embarazada de cinco meses y entrar en una burbuja durante tres. Me sentí como si los abandonase en una isla. Nuestro mundo se estaba desmoronando y necesitaba hacer algo no solo para motivarme, sino para ayudar a las personas que realmente lo necesitaban en este momento, para ayudar a nuestra gente.

Ahora hay mucha presión para que los jóvenes negros, especialmente los atletas negros, se pronuncien. ¿Creéis que tenéis el deber de hablar sobre justicia social?

Jrue: Parte de ello consiste simplemente en compartir nuestras experiencias con los demás, en ser capaces de conectar con esa experiencia. Es fundamental. Me parece que las redes sociales desempeñan un papel importante al respecto. Ya se trate de injusticia social o de salud mental, a veces no sabes cuándo un jugador de la NBA o una jugadora de la WNBA está pasando por un mal momento, porque estamos muy centrados en la temporada. Pero nosotros también somos humanos, también tenemos problemas. Yo creo que hablar y llegar a otras personas es algo que nos une, especialmente porque nos damos cuenta de que tenemos los mismos problemas.

Jordin: Mi generación es muy consciente de lo que está pasando y quieren convertirse en defensores de la justicia social. Saben que yo, como atleta, tengo los mismos problemas. Soy humana, como ellos. Tengo sentimientos y también atravieso malos momentos. Pero ver que la gente nos respalda, y que respalda a otros atletas, es simplemente asombroso. Porque no se trata solo de nosotros, sino del futuro. Quieres hacer todo lo que esté en tus manos para asegurarte de que el futuro de las personas negras sea mucho mejor.

¿De qué maneras creéis que el baloncesto puede cambiar para reflejar mejor las creencias políticas de los jugadores o su compromiso con la justicia social?

Jrue: La NBA y la WNBA dieron a los jugadores más control sobre lo que quieren que la liga proyecte. Esa es una de las cosas que quiero que continúe. Pienso que seguiremos innovando en ese sentido. La liga ha ido convirtiéndose poco a poco en una liga de jugadores. Creo que es muy importante que la liga nos respalde cuando nos manifestamos.

Jordin: Yo creo que debemos seguir usando nuestra voz. Debemos seguir buscando formas de ayudar a la gente sin recursos. Estamos luchando por algo más grande que nosotros y necesitamos que la liga nos apoye.

Texto: Massaër Ndiaye
Ilustración: Richard Chance

Publicado: octubre de 2020

Publicación original: 16 de junio de 2021

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