La búsqueda de la adrenalina: Leonora Manzano dejó de vivir deprisa cuando encontró el running

Atletas*

Sus excesos terminaron provocándole una úlcera. Ahora, esta corredora de Ciudad de México encuentra la paz y su propio ritmo en los senderos de un volcán extinto.

Última actualización: 23 de octubre de 2021
5 min de lectura
Retratos: Buscando la adrenalina con Leonora Manzano

"Retratos" es una serie en la que hablamos con atletas urbanos de todo el mundo.

"Retratos" es una serie en la que hablamos con atletas urbanos de todo el mundo.

Correr en Ciudad de México es una actividad solo apta para valientes. En primer lugar, se encuentra a la notable altitud de 2200 metros, más de 2 kilómetros por encima del nivel del mar. Luego están el calor, la contaminación, el tráfico y los 22 millones de personas que viven allí. Por eso, la corredora local Leonora Manzano a veces prefiere salir a correr por los senderos de uno de los parques nacionales de los alrededores, en lugar de las concurridas calles de la ciudad. Su lugar de escapada preferido es el Nevado de Toluca, un parque nacional que se encuentra sobre un volcán extinto desde hace mucho tiempo, a 3 horas de Ciudad de México. Allí fue donde Leonora descubrió su pasión por el running y actualmente todavía corre por este lugar cada vez que tiene oportunidad.

En una soleada mañana, entre la exuberante vegetación del parque, acompañamos a Leonora en una de sus rutas para preguntarle cómo le ha cambiado la vida el running.

¿Cómo te aficionaste al running?

Cuando tenía 20 años, estudiaba en la universidad con una beca. Tenía que mantener unas notas muy altas y mi forma de lidiar con el estrés era salir de fiesta y beber en exceso. Ese estilo de vida pasa factura al cuerpo. La primera advertencia fue una úlcera, pero la ignoré. Poco después sufrí un caso de parálisis facial extremadamente doloroso. Acudí a muchísimos médicos hasta que encontré a Juan García, que practicaba la acupuntura. Siempre me decía que tenía que cambiar de estilo de vida y me invitaba a correr con su equipo de running. Al principio me negué, pero, un día, al terminar la sesión, recuerdo que le dije: "Te debo una". Me llamó un par de días después: "¿Recuerdas que me debes una?", me preguntó. Me pidió que los acompañara a él y a su equipo al Nevado de Toluca. Aquello me cambió la vida.

Retratos: Buscando la adrenalina con Leonora Manzano

¿Qué impacto ha tenido el running en tu vida desde entonces?

El running me ha ayudado a valorar mis relaciones, porque sé que el tiempo que puedo pasar con mi familia es limitado, así que intento estar completamente presente cuando estamos juntos. Si estoy con mis hijos, no miro el teléfono, no entreno ni hago nada más; estoy centrada en ellos. Esa disciplina y el placer de saber concentrarme en el presente son cosas que he aprendido gracias al running. A un nivel más personal, es muy positivo no tener que buscar la adrenalina que antes me daban las fiestas y el alcohol, porque ahora he encontrado una fuente distinta y sin esos inconvenientes. Y, por supuesto, la conexión con la naturaleza que he forjado a través del entrenamiento no tiene precio.

¿Prefieres correr en la naturaleza o en la ciudad?

No puedo decir que prefiera una o la otra, porque ambas son especiales e importantes a su manera. A nivel técnico, correr por senderos desarrolla la resistencia y la fuerza, pero también es importante saber correr sobre asfalto, porque la mayoría de las competiciones se disputan en entornos urbanos.

"Esa disciplina y el placer de saber concentrarme en el presente son cosas que he aprendido gracias al running".

Retratos: Buscando la adrenalina con Leonora Manzano
Retratos: Buscando la adrenalina con Leonora Manzano

¿Qué es lo mejor de correr en esos dos entornos?

En los senderos me he encontrado con paisajes espectaculares. Recuerdo especialmente que, una vez, estaba corriendo por la Sierra Gorda de Querétaro, junto a un río que cruzaba un acantilado. El sonido era alucinante, y pensé: "¿Qué es esto? No me puedo creer que me esté pasando esto, poder escuchar el eco de este río mientras corro...". La naturaleza es hermosa, pero también es muy especial conocer tu ciudad al recorrer sus calles. Me gusta mirar a los vendedores ambulantes cuando empiezan a instalar sus puestos y, después, mientras volvemos, verlos atareados para atender a los clientes, que tienen mucha prisa para no llegar tarde a la oficina. Podemos ver la evolución de una ciudad que nace cada mañana.

Sueles correr acompañada. ¿Por qué te gusta correr en grupo?

Hay días en que no te apetece levantarte, hasta que te acuerdas de que has quedado con un/a amigo/a. Te puedes saltar cualquier otro compromiso, pero nunca una sesión de entrenamiento. Cuando has quedado a las 6 de la mañana, has establecido un pacto sagrado, más importante que un trabajo. No puedes fallar. Cuando corres con otras personas, compartes con ellas partes de ti y de tu vida. Es algo muy especial, porque estás haciendo lo que más te apasiona al lado de otra persona que siente lo mismo. A veces compartes más con ellas que con tu propia familia.

Texto: Karina Zatarain
Fotografía: Darryl Richardson

Publicación original: 25 de octubre de 2021