Creciste en la ferretería de tu padre. ¿Cómo afectó esto a tu ética de trabajo?

Comenzaré por el principio. Mi padre ha trabajado como contratista; ha construido casas y tiene muchas habilidades. Tenía ideas muy progresistas acerca del poder económico que nunca había tenido. Eso me inspiró a esforzarme mucho. Al crear Playground, quería rendir homenaje a mi padre y a las oportunidades que me dio de niña. Ahora, ofrezco un espacio y oportunidades a otras personas.

¿Cómo te decidiste a transformar la ferretería de tu padre en una cafetería?

En ese momento, estaba matriculada en Humanidades y estudiaba en cafeterías, como muchos jóvenes. Es un lugar que fomenta la creatividad y quería ofrecer esa misma experiencia a otras personas. No hay muchos espacios de este tipo, donde la gente pueda pasar el día y trabajar. Esa era mi idea: un lugar que las personas pudieran usar durante el día para mejorar su carrera profesional.

¿Por qué la comunidad ha representado siempre una piedra angular de tu trabajo?

Para crear Playground tuve que acercarme a la comunidad. Me puse en contacto con diseñadores de señales y fabricantes de sillas. Me costó mucho dar vida a Playground, y sigue siendo difícil mantenerlo. Hemos realizado reuniones en el ayuntamiento para consultar a vecinos y miembros de la comunidad qué querían ver. Hemos organizado sesiones de películas, campañas, venta de pasteles, entrenamientos de autodefensa, clases sobre finanzas, programas de radio y mucho más.

Siempre has hecho trabajos por la comunidad en la tienda. ¿Cómo saliste de la tienda y pasaste a colocar neveras con frutas y verduras gratis durante la cuarentena?

Comenzamos la ayuda poco después de que comenzara la cuarentena. Una compañera y amiga del colegio, Priscilla Aguilar, me comentó la posibilidad de crear una nevera comunitaria. Consiguió una nevera y nos la dio el mismo día. A través de otro amigo, comenzamos a recibir frutas y verduras. Todo ocurrió con mucha naturalidad.

Eres de Brooklyn, y el básquetbol es un pilar básico de Nueva York. De niña, ¿qué relación tenías con el básquetbol?

En mi infancia en Nueva York, me fijaba en quién tenía el mejor calzado y cuál usaban en la cancha. Nueva York vive por y para el básquetbol y otros deportes con pelota, como el handball. Ver a los niños jugar al básquetbol, especialmente en la escuela pública, es una manera inspiradora de conectar con el deporte.

Hoy llevas el Air Jordan III "Laser Orange". ¿Qué te parece este innovador toque a un calzado tan icónico?

A veces, las combinaciones de colores inspiran el color de nuestras vidas, por así decirlo. Nos ayudan a decidir qué llevar. Cuando se crea un nuevo calzado o color, puede atraer a una persona o a toda una multitud. Creo que esta combinación de colores reforzará el amor por el calzado.

¿Cuál ha sido la lección más valiosa que has aprendido como propietaria de una pequeña empresa, especialmente en plena pandemia social y sanitaria?

He aprendido que sin una comunidad no somos nada. Al principio de la cuarentena estaba muy mal y siempre estaré agradecida con las personas que me han ayudado en estos meses, porque no es fácil gestionarlo. Playground perdurará porque nos estamos esforzando y seguiremos haciéndolo, pase lo que pase.

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