Una lesión que le cambió la vida ayudó a este golfista profesional a descubrir la fuerza en medio de la derrota
Atletas*
La carrera de Carlos Brown estaba despegando cuando un accidente le obligó a replantearse su vida y su amor por el deporte.
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"Moviendo montañas" es una serie acerca de atletas que forjan una relación personal con el deporte.
Cualquiera que haya jugado al golf es testigo de cuán impredecible es ese deporte. Un cambio en la dirección de la brisa puede alterar la dirección de la bola en el último momento. Un mal rebote la puede lanzar al bosque. Una simple rama puede cambiar la trayectoria justo lo suficiente para que aterrice en el ante-green. Una maldición de los dioses, una maldición que salga de tu boca mientras la bola se desliza lentamente hacia el lago. El golf, de muchas maneras, representa la naturaleza voluble de la vida. Carlos Brown, un galardonado entrenador de golf de Dallas, Texas sabe todo lo que se debe saber sobre lo impredecible que es este deporte. Hoy se encuentra en el hoyo nueve, en el que alguna vez estuvo parado como profesional, y lee el green con toda su experiencia apreciando profundamente el hecho de simplemente estar de pie.
En 2016, durante una clase, Carlos se bajó de un carrito de golf, pisó el aspersor de un regador y se distendió el tobillo. No debería haber sido gran cosa, pero se le infectó y fue llevado a la emergencia. Cuando se despertó de la cirugía, le habían amputado la parte inferior de la pierna.

Como entrenador negro en un deporte predominantemente de blancos, Carlos siempre había sido una minoría; como profesional del golf amputado negro, ahora lo era aún más. "Represento a un grupo de personas más grande que yo, dos grupos de personas más grandes que yo", reflexiona Carlos. "No puedo tomar atajos. No puedo engañar a la gente". Pero a pesar de todo, estaba decidido a encontrar el lado positivo.
"Me encanta estar aquí. Me encanta lo que hago. Me encanta ser un profesional del golf..."
Después de la amputación, todo se volvió exponencialmente más difícil. Vestirse. Caminar hasta el tee de salida. Agacharse para recoger la bola después de un putt. Pero Carlos nunca pensó que no volvería a enseñar golf. Por el contrario, el procedimiento fue una catarsis. "Sabía que iba a volver a jugar y que iba a enseñar", afirma. "Pero lo que no sabía era que ese proceso iba a ser una transformación". Mientras Carlos sanaba, tuvo que volver a aprender a hacer cosas que antes hacía con facilidad. Llegó a ver la lesión como una oportunidad para el optimismo y el agradecimiento, en lugar de la negatividad y el remordimiento. "Me hizo darme cuenta que me encanta estar aquí. Me encanta lo que hago. Me encanta ser un profesional del golf y me encanta jugar al golf".

De nuevo en el green, Carlos estudia un putt de dos metros para conseguir el par. Su prótesis, diseñada por un golfista para golfistas, le ayuda no solo a leer el green que tiene debajo, sino también a sentirlo. "Puedo sentir cuando no estoy en posición. Incluso si es algo leve, puedo darme cuenta, así que es una gran ayuda", comenta. Es un comentario representativo de su nueva visión de la vida: donde otros pueden ver una pérdida, Carlos ve una ganancia. Se sitúa sobre su putt, golpea la bola perfectamente y observa cómo cae suavemente en el hoyo.
"Si un niño amputado me ve, tal vez diga: '¿sabes qué?, yo también puedo ser un profesional del golf. Puedo jugar al golf'".
Carlos cree que la vida, como el campo de golf, es un entorno incontrolable. "Hay que controlar lo controlable" es una máxima a la que vuelve con frecuencia. Puede que nunca se propusiera ser un faro de esperanza para nadie, pero cuando lo incontrolable sucedió, tuvo que adaptarse rápidamente a su nueva realidad. Atribuye su capacidad de hacerlo a su fe, pues esta lo mantuvo con los pies en la tierra y le permitió poner rápidamente en perspectiva su nueva circunstancia. También atribuye el mérito a su sistema de apoyo: las personas que estaban a su lado cuando se despertó tras la operación. Afirma que ese sistema de apoyo es lo que ahora aspira a ser para otras personas que pasan por la misma situación. "Si un niño amputado me ve, tal vez diga: '¿sabes qué?, yo también puedo ser un profesional del golf. Puedo jugar al golf'".
En el video anterior, Carlos comparte su historia y explica cómo superó obstáculos tanto mentales como físicos para obtener una nueva perspectiva de la vida y del deporte que ama.

Guion: Nickolaus Sugai
Fotografía: Eli Durst
Video: Shern Sharma
Reportado: septiembre 2020