Cuatro logros alucinantes de tu cuerpo durante el embarazo

Para garantizar de que tanto tú como tu bebé obtengan suficientes nutrientes y oxígeno, la cantidad real de sangre que circula por tu cuerpo aumenta durante el embarazo, comenta Linda E. May, PhD, fisióloga del ejercicio y codirectora de Pregnancy and Infancy Research Collaborative en la Universidad de Carolina del Este. (La otra razón del aumento, según Amanda Williams, MD, obstetra y ginecóloga certificada en Oakland, California: para tener en cuenta la pérdida de sangre que ocurre durante el parto; sí, tu cuerpo es lo suficientemente inteligente como para prepararte con sangre adicional ¡de sobra!) De hecho, los expertos de la Clínica Mayo dicen que el volumen de sangre puede aumentar entre un 30 y un 50%. Para aquellas embarazadas de mellizos o trillizos, ese aumento puede ser aún mayor, dice Kehler.

Para bombear toda esa sangre adicional, tu corazón tiene que trabajar más. El volumen sistólico, la cantidad de sangre que tu corazón bombea por presión, aumenta cada trimestre, mientras que tu frecuencia cardíaca aumenta gradualmente entre 10 y 15 latidos por minuto, según Kehler. Como resultado, el flujo de sangre y oxígeno del cuerpo aumenta tanto que es suficiente para que algunas personas se sonrojen. Literalmente. Ese es un factor detrás del "resplandor del embarazo", dice Kehler. (¡Cuánta información!)

Algunas de ustedes, corredoras, pueden sentirse felices al escuchar esto: el aumento del flujo de sangre y oxígeno también nivelará tu VO2 máximo, es decir, la cantidad máxima de oxígeno que tu cuerpo puede consumir durante el ejercicio intenso, dice Kehler. Cuanto mayor sea este número en tu carrera de velocidad, por ejemplo, más oxígeno podrás usar para producir energía y seguir adelante.

El VO2 máximo aumentado puede durar hasta 12 meses después del parto, lo que podría (énfasis en podría) hacerte sentir más rápida y más fuerte durante tus entrenamientos, dice Kehler. "Sin embargo, debemos sopesar esta posible "ventaja" frente al hecho de que tus ligamentos han estado bajo mucha tensión durante más de nueve meses, y muchos de tus órganos aún están regresando a su lugar original", agrega. Además, los médicos generalmente recomiendan que descanses durante aproximadamente un mes después del nacimiento (o de seis a ocho semanas si tuviste una cesárea) antes de volver a hacer ejercicio, comenta Kehler, lo que podría hacer que esos primeros entrenamientos se sientan un poco más duros. Es posible que tengas que desarrollar la capacidad aeróbica lentamente durante la etapa de posparto, dice Kehler. Sin embargo, no te preocupes, para eso están las carriolas para correr.

Si de repente sientes antojo de pepinillos y papas fritas, pero desprecias las ensaladas de rúcula que solías amar, es posible que tu cuerpo esté tratando de ayudarte a alcanzar tus necesidades nutricionales. No está del todo claro por qué sucede esto, pero los científicos que realizaron una revisión sistemática tienen algunas ideas. En primer lugar, debido a que necesitas sodio adicional para mantener tu salud y la de tu bebé en este momento, los alimentos pueden parecer más insípidos para tus papilas gustativas, lo que te alienta a ponerte manos a la obra con el salero. En segundo lugar, la aversión a todo lo amargo podría ser una respuesta protectora, evitando que ingieras compuestos de sabor áspero que pueden (pero probablemente, no) ser tóxicos para ti y el bebé. Por supuesto, estas son solo teorías, sin embargo, son fascinantes.


Todo esto es para decir que en esos momentos en los que no te sientes lo mejor posible durante el trayecto del embarazo, es posible que puedas basarte en la idea de que tu cuerpo es una fuente de energía increíblemente inteligente. Que alguien te consiga una medalla de oro.