Una pregunta que cambiará la manera en que comes

¿Por qué comiste hoy? Sabemos que suena como una pregunta rara. Y pareciera que hay una respuesta obvia: porque tenía hambre. ¿Pero eso es realmente cierto? Piensa otra vez en tu día, incluso en los últimos días, y en cada vez que fuiste a buscar un tentempié o que comiste una comida. ¿Lo hiciste porque realmente sentías hambre? No serías el único si respondieras que no. Gran parte de lo que comemos todos los días es una acción automática. Comemos porque es la hora del almuerzo. Comemos porque nuestro compañero trajo refrigerios. Comemos porque tenemos tiempo para comer en ese momento o porque tuvimos una mala reunión laboral o porque discutimos con nuestra pareja o porque estamos mirando los correos electrónicos y los medios sociales y no nos damos cuenta de que... estamos comiendo. Esta acción de comer sin darnos cuenta es el motivo por el cual preguntarnos por qué estamos comiendo eso es la clave en la estrategia de la comida saludable para los expertos en nutrición Brian St. Pierre y Krista Scott-Dixon. Ambos trabajan para Precision Nutrition, una empresa que entrena y asesora a los atletas de élite y a los amateurs. Ambos son defensores de este enfoque práctico basado en preguntas con el fin de interrumpir los patrones de las malas dietas y de dar a las personas la capacidad de tomar las mejores decisiones en relación con la nutrición.

Si miras el porqué podrás descubrir el mayor culpable de que una dieta no funcione: comer por motivos emocionales. Puedes descubrir si comes porque estás estresado, aburrido o si estás usando la comida para lidiar con la vergüenza o la culpa, afirma St. Pierre, quien también es un dietista matriculado. Él cita el ejemplo de clientes que le dicen que, un viernes a la noche, se devoran una pizza y toman cuatro vasos de vino, solos en su casa. "No juzgo a nadie, pero hay un motivo detrás de esto", cuenta. "Si no te preguntas 'por qué', saber qué debes comer no resolverá el problema".

Cuando pienses sobre por qué comes, tendrás respuestas: porque estoy estresado. Porque estoy apurado. Porque estoy cansado. ¡Porque tengo mucha hambre! Nuestro objetivo es hacer cambios pequeños y positivos en respuesta a esas preguntas. Piensa en cada una como un paso hacia adelante en el continuo hacia comer de forma más saludable, afirma Scott-Dixon, directora de currículo para Precision Nutrition, y educadora en nutrición con más de 20 años de experiencia. El pequeño cambio que funcionó para ella: tomar una respiración a mitad de su comida. "Este sencillo acto me pone en una posición de control", afirma. "No estoy corriendo o llenándome la boca sin pensar. Estoy tomando la decisión de comer".

Esto es lo que predica el equipo de Precision Nutrition "el arte de la pausa". Solo cinco segundos para hacer un cambio en el cerebro y permitirte estar presente y descubrir si realmente sientes hambre, lo que te ayuda a dejar de comer cuando estás satisfecho y no totalmente lleno. La "pausa" es la clave."No estamos diciendo detente", afirma Scott-Dixon. "Puedes seguir comiendo si quieres, la comida siempre está disponible para ti".Pero para darte cuenta de si es lo que realmente quieres, haz una pausa".

Si esto te suena sumamente sencillo, pruébalo. Siéntate a la mesa a comer, sin televisión, teléfono ni periódico. Come un bocado, deja el tenedor en la mesa, haz una pausa: Piensa en lo que estás comiendo. "Esto es realmente difícil", nos cuenta Scott-Dixon. "Pero cambia completamente la experiencia de las personas con la comida".

Los atletas de elite usan un patrón de atención similar, dice St. Pierre. Mira a un jugador de béisbol cuando sale del cuadrado del bateador, él respira profundamente justo antes de dar el golpe de penal. "Los atletas hacen esto de manera intuitiva todo el tiempo, para desacelerar, para no correr y no cometer un error por estar en piloto automático", nos cuenta. "No están meditando por 10 minutos. Es una respiración, ufff y te restableces". La misma idea se aplica cuando comes.

Puedes hacer una pausa en medio de una discusión, también, dice Scott-Dixon. Digamos que estás comiendo un plato de papas fritas por estrés, recuerda hacer una pausa y respirar. Te das cuenta de que ni siquiera tienes hambre, de que ni siquiera quieres comer eso. "No hagas una catástrofe de ese momento", dice Scott-Dixon. En su lugar, piensa: "¡Me di cuenta!". Celebra el momento y guarda ese momento de haberte dado cuenta para estar preparado para la próxima vez que estés estresado y vayas a buscar comida".

Tomar estas decisiones conscientes funciona, especialmente cuando sientes un antojo de repente. Scott-Dixon va aún más profundo y se pregunta qué cree que esa comida hará por ella, qué sentirá después de comer eso. ¿Acaso sentirá menos de lo que está sintiendo después de comer eso? Ya sea estrés, frustración, enojo. Estas preguntas son particularmente útiles, ella agrega, porque las personas pueden obtener las respuestas en el momento. Se dan cuenta de que el motivo real por el que tienen un antojo de pizza el viernes a la noche es porque necesitan un alivio, un recreo o una distracción.

Y aquí es donde el método de las preguntas realmente sirve. ¿Por qué? Esto interrumpe los patrones de comer sin darnos cuenta y nos da la capacidad de reconocer para qué estamos usando la comida. Si aún así decides que quieres un segundo postre o una bebida, al menos sabes que es una elección consciente. Y, con frecuencia, ser consciente de lo que uno come y bebe te detendrá de comer o beber en demasía.

Hazlo un hábito: Para ayudarte a evitar comer sin darte cuenta, haz una pausa de cinco segundos a mitad de una comida. Ancla este nuevo comportamiento a un hábito que ya tengas, como beber un trago de agua. Así, cuando bebas agua, recuerda: haz una pausa. Asegúrate de felicitarte cada vez que pongas en práctica el nuevo hábito; esto te ayudará a asimilarlo.