story

La primera vez que me contaron que las 95 llegaban a la línea SB de Nike, pensé que sería mentira. No me lo creía.
Me encantan los colores. Este toque rosa de aquí, a juego con los cordones, es una pasada.

La cultura callejera de Londres tiene algo especial. Hay un montón de subgéneros distintos, una variedad tremenda de estilos. Así que picoteas y fusionas cositas de uno y de otro.
Esto es como un uniforme para explorar la ciudad, ¿entiendes? Es justo 

lo que necesitas para patearte estas calles.
Yo me las pongo desde que era adolescente. Eran mis zapatillas favoritas para irme de rave. Y para trucos como los heelflips, porque ese talón es ideal para apoyarte en los bordes.
La puntera tiene pinta de robusta. ¿A que parece dura?

Claro, cuando te subes en la tabla, esta parte de aquí sufre un desgaste brutal. Así que contar con un poquito más de agarre en ese punto es muy útil. Aporta tracción.
Yo opino que la cultura del skateboard y la de las zapas se roban y comparten ideas constantemente.

Si le das al skate y estás en la calle, practicas deporte, pero lo miras desde una perspectiva distinta. Supongo que eso mismo, o algo parecido, es lo que ha pasado con las 95.
O sea, la idea de base sería bajar la plantilla. Hacer la zapatilla un poco más reactiva. 
Justo en el momento ideal para añadir las 95 

a mi colección. Las mismas de Andy.
Slam lleva casi 40 años abierta y significa mucho para muchas personas, de varias generaciones.
La primera vez que entré en Slam City Skates,

estaba en Covent Garden. Yo tendría 13 o 14 años.
Empecé a patinar con 14 o 15. Luego, a los 16 o 17 me venía a Londres.
Me acercaba a Slam, pillaba alguna pegatina,
la ponía en la tabla y me iba a casa feliz. 

Y la gente alucinaba, "hala, ¡has ido a Slam!".
Era como un refugio. Conocías gente y luego te enteras de que algún conocido falleció, otros se casaron, que tienen críos. Era un nexo para la comunidad, mucho más que una tienda.
Para la gente más joven, 

sigue siendo un lugar de referencia. Un sitio donde encontrarse y comentar lo que pasa en el mundo del skate. Pero para el personal más veterano, es un viaje en el tiempo. Se ponen a contar batallitas de cuando fueron con 15 años. O sea, allá por 1992.
Y claro, yo qué les voy a decir, si entonces tenía 2 añitos.

Imagina que vienes a mi tienda y me explicas que no tienes ni idea de patinar, pero quieres entrar en el mundo del skate. Pues genial, has venido al lugar ideal.

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