Nuevas distancias: Serena Williams

Desde que se convirtió en jugadora profesional a los 14 años, Serena Williams lleva colgada la etiqueta del "demasiado": demasiado negra, demasiado activista, demasiado joven o demasiado mayor, demasiado dura o sdemasiado sexy. Pero gracias a su resiliencia y su confianza en sí misma, supo entender que por cada comentario negativo hay millones positivos. Además de su derecha demoledora, la principal razón por la que es tan buena en la pista, en casa y en la vida misma es su fortaleza mental. Serena es una de las competidoras más feroces de su generación, y su hambre por la excelencia la ha llevado, entre otras cosas, a alcanzar un récord de 23 grandes torneos, a ser una empresaria exitosa y a convertirse en una madre ejemplar.

Con el resto de su legado aún por escribir, Serena nos contó cómo se propone ayudar a la próxima generación.

¿Dirías que la confianza que tienes en ti misma se debe a tu educación, familia y años de formación? ¿Hasta qué punto?

SERENA WILLIAMS: La confianza en una misma lo es todo. Yo creo que se la debo a prácticamente todo lo que tengo. He pasado por momentos en los que yo era la única persona que creía en mi capacidad. A pesar de lo importante que es tener a gente que crea en ti, lo mejor es que seas tú la primera persona en hacerlo.

¿Qué fue lo que te enamoró de este deporte? ¿Qué dirías a las siguientes generaciones que quizás aún no hayan encontrado su pasión o se estén planteando si deben seguir adelante?

SERENA: Para ser sincera, me enamoré del tenis por cómo me sentía al ganar. Me gusta ganar. Me gusta competir. Me gusta levantar trofeos. Aunque parezca raro, hay algo de adictivo en ello. Siempre que gano un partido, ya busco ir a por el siguiente. Como respuesta quizás no sea la mejor, pero es la verdad. Es lo que me apasiona y la razón por la que me esfuerzo tanto. Porque sé qué se siente al pelear ese último punto, ser capaz de sobreponerme a cualquier cosa y finalmente cosechar los resultados de mis años de esfuerzo.

–Serena Williams

¿Cómo gestionas y equilibras la ambición con la calma, la firmeza con la compasión y la valentía con la estrategia en todas las facetas de tu vida, como jugadora de tenis, madre y empresaria que eres?

SERENA: La clave está en el equilibrio. Todavía no he conseguido equilibrar mi faceta más ambiciosa con mi lado más sensible, y eso es algo en lo que sigo trabajando. En general, la manera que tengo de encontrar el mejor equilibrio es ser auténtica y ser yo misma, ser Serena. Nunca voy a fingir ser alguien que no soy ni delante ni detrás de las cámaras. Siempre voy a ser yo misma.

Si pudieras hablar con la Serena de 15 años, sabiendo todos los obstáculos que tendrá que sortear, ¿qué consejo le darías?

SERENA: ¿Que qué le diría a mi yo de 15 años? ¡Madre mía! El único consejo que le daría es que disfrutara de cada momento, porque se es adolescente durante muy poco tiempo y es una etapa muy divertida. Es lo único que le diría. Pasar por lo que he pasado me ha hecho ser quien soy, una persona más fuerte. Por eso le diría que disfrutara de cada segundo.

Desde tus comienzos hasta que te convertiste en profesional y más allá, te has tenido que enfrentar a obstáculos de todo tipo. Ser una mujer negra en un deporte predominantemente blanco, lesiones, dificultades personales, comparaciones con tu hermana Venus, etc. ¿Cómo has logrado mantener el rumbo? ¿Cómo has sido capaz de resistir a semejante viaje?

SERENA: El único motivo por el que he podido mantener el rumbo es porque me gusta lo que hago, a pesar de los días difíciles y los momentos duros. Básicamente, no sería quien soy y no tendría nada de lo que tengo si no disfrutara haciendo mi trabajo. Disfruto haciendo lo que mejor sé hacer, que es jugar al tenis.