Combate los dolores con baños con sal de Epsom

Por Ryan Flaherty

La recuperación es una de las herramientas más valiosas que tienes para seguir entrenando con uniformidad. En este artículo, Ryan Flaherty nos habla sobre cómo recuperarnos del dolor muscular para estar en plena forma al día siguiente. Y al otro. Y al otro.

Una buena parte del entrenamiento consiste en lidiar con el dolor de los días de después. Sentir mucho dolor puede hacer que te saltes el entrenamiento del día siguiente. Por eso es muy importante saber cómo lidiar con estas molestias y recuperarte. Mi mejor consejo es algo clásico, pero lleva tanto tiempo hablándose de él porque funciona de verdad: date un baño con sal de Epsom.

Puedes encontrarla en cualquier supermercado, tienda o farmacia. No hace falta comprar la más cara. Te recomiendo darte el baño por la noche. Quizá hayas visto cómo los atletas profesionales se meten en bañeras con hielo y hayas pensado que necesitas pasar un frío tremendo para recuperarte. Pero la cosa no va solo de frío.

Aquí tienes las instrucciones.

1. Date el baño por la noche del día en que hayas entrenado. De esta forma, te anticiparás al dolor muscular.
2. Llena la bañera con agua bien caliente. Todo lo caliente que puedas soportar sin llegar a sentirte mal.
3. Disuelve las sales como se indique en las instrucciones del paquete. Suelen ser un par de tazas para las bañeras de tamaño estándar llenas.
4. Métete durante 15 o 20 minutos.

Puede parecer algo básico, pero los baños con sal de Epsom son una de las mejores herramientas de recuperación del planeta. Y hay muchas investigaciones bien documentadas que hablan de sus ventajas. Ahora solo tienes que ponerte a entrenar con intensidad y, luego, aliviar el dolor con un baño nocturno con sal de Epsom.